Vota PP-PSOE

viernes, 1 de marzo de 2013

El cuadragésimo segundo capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL FUTURO
España, país de viejos. Rasgo positivo en principio. Aumento de la esperanza de vida. Señal de progreso. Señal de desarrollo. Los viejos teniendo calidad de vida. Teniendo sanidad. Teniendo pensiones. Algunas altas. Otras no tanto. Los viejos tuvieron una vida dura cuando nacieron. Supieron lo que era la pobreza. Con el paso de los años todo fue a mejor. Los viejos han conocido el contraste entre la mala vida y la buena vida. Han conocido el contraste entre la precariedad y la seguridad laboral. Los viejos han pasado del subdesarrollo social al Estado del bienestar.
El Estado del bienestar. España convertido en un país de clases medias. Las nuevas generaciones desconocedoras de la pobreza. Nuevos españoles que ya han vivido en buenas casas, ya han tenido buena ropa, ya han tenido buena comida. Nuevos españoles que no se plantean vivir mal. El bienestar parece para siempre. Las sociedades nunca van para atrás. Vivimos en occidente. El occidente cree en el progreso. Los españoles creen en el progreso. Sólo se puede mejorar. Nunca se puede empeorar.
Años ochenta. Aparece el paro en gran escala en Hispania. Se convierte en un problema crónico de la sociedad hispana. Afecta desde entonces a los españoles. Hay que solucionarlo. Hay que flexibilizar el mercado de trabajo. Hay que destruir los derechos de los trabajadores. Treinta años después. Sigue el paro y ya no hay buenos trabajos. El subdesarrollo social ha regresado de forma sibilina. Bajo el artificio del desarrollo económico. Los españoles aún viven bien, los españoles aún resisten, ¿hasta cuando? Fácil respuesta. Hasta que muera la generación más antigua. Hasta que mueran quienes conservan buenos ingresos. Hasta que mueran quienes fueron de pobres a ricos y sean sustituidos por quienes van de ricos a pobres.
Los españoles resistiendo porque los viejos ayudan a quienes vienen por detrás. Los padres no van a dejar tirados a sus hijos. Los abuelos no van a dejar tirados a sus nietos. Los hijos engañándose porque tienen el dinero de sus padres. Los nietos engañándose porque tienen el dinero de sus abuelos. Pero ellos no tienen nada. Tienen deudas y malos trabajos. Pero no se quejan. Son clase media. La clase media no protesta. La clase media ama el orden. Sólo los inútiles protestan. Sólo los vagos protestan. Sólo los incapaces protestan. Hay que esforzarse. Hay que levantarse. Hay que perseverar. Un peldaño más y seré rico.
La clase media. La mentalidad del hombre hecho a sí mismo. La confianza en que todos seremos ricos. En que no admitirlo es hacerse de menos. Las nuevas generaciones de la clase media no viviendo por sí mismas. Viviendo de los viejos. Manteniendo un estatus artificial. Que vale igual. Porque puedo presumir igual. De coche o casa. Da lo mismo. No puedo presumir de trabajo. Soy explotado.
La clase media pendiente de la esperanza de vida. Pendiente de que los viejos no se mueran. De que no se acabe el colchón protector de la familia. Luego llegará el deslizamiento hacia la pobreza. Poco a poco. Con sorpresa. Con la confusión de un anciano cuando recae en un asilo. Muchos miembros de la clase media se enterarán por fin de que no tienen nada. De que no tienen trabajo. De que la igualdad de oportunidades sin un número suficiente de buenos trabajos es una patraña. Se enterarán que están acabados. Que para ellos ha llegado el final del camino.
El futuro de la clase media. Un futuro negro y fácil de predecir. Sin siquiera la necesidad de ser apocalípticos. No todos los miembros de la clase media se convertirán en pobres. Pero sí un gran porcentaje. Y será un gran fracaso social. Porque fue un éxito que los viejos pasaran de pobres a tener un bienestar. Y será un fracaso que los jóvenes pasen de tener un bienestar a vivir miserablemente. Sólo será un éxito para las clases altas. De nuevo volverán a demostrar quien manda en sociedad. De nuevo volverán a demostrar que las sociedades tienen que ser jerárquicas. Y que las jerarquías sociales sin pobres no valen nada.
La mentalidad de las clases medias. Creyendo en el progreso social porque no pueden dejar de creer en el progreso individual. Las clases medias incapaces de mirar hacia abajo, siempre mirando hacia arriba. Sin protegerse de la caída en la pobreza. Creyendo que es fácil el acceso a la riqueza. Que sólo es cuestión de voluntad. Que sólo es cuestión de proponérselo. Creyendo que la libertad lo es todo y que la seguridad no es nada.
La mentalidad neoliberal implantada en España. Los españoles imitando los valores de los norteamericanos. Confianza en uno mismo, competitividad ciega. Como si España fuera Estados Unidos. Como si España tuviera la opulencia de Estados Unidos. Como si España no fuera una medianía de país. Los españoles fantaseando con el sueño americano y despertando en la pesadilla argentina. El mismo neoliberalismo, diferentes resultados.
La mentalidad norteamericana importada en Hispania. La economía lo es todo. Lo social no vale nada. Incluso se copia la gazmoñería yanqui. Vuelve el puritanismo. La Iglesia vuelve a estar en su salsa. La virginidad como valor en alza. Normal la reaparición de los valores religiosos. Han desaparecido los valores sociales. Con ellos han desaparecido los buenos trabajos. Con ellos desaparecerá el bienestar. Pero, tranquilos, hay que confiar en el futuro. Los españoles creemos en el progreso. Ya somos clase media. Vota PP-PSOE.

Un nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL TRIUNFO ELECTORAL DEL PP
Las últimas elecciones en Hispania. Descontento de la población con el gobierno socialista. La crisis se arrastra tres años. Insuficientes para convencer a la población de que ya no van a regresar a ricos. Insuficientes para convencer a la población de que el bienestar necesita de derechos. La población esperando el regreso el crédito. Los votantes buscando culpables. El sistema es justo. La culpa es de la gestión. Los votantes deciden castigar al PSOE. Los votos van al PP. Gana las elecciones el PP. Vaya forma de castigar al PSOE.
Los votantes del PP. Esperando el milagro. Esperando que con el cambio de gobierno los problemas se solucionen mágicamente. El programa del PP oculto. Confiando en la estupidez del ser hispano. Que no mira a otros países. Que desconoce las recetas neoliberales. Que desconoce la implacabilidad de los poderosos con los débiles. Que aún no percibe que él es uno de los débiles y va a votar a favor de los fuertes.
De once millones de votantes populares, ocho o nueve perjudicados por la decisión tomada. Ocho o nueve afectados duramente por los ajustes. Sólo dos millones de auténticos ricos. Sólo dos millones de votos de personas que están a salvo de cualquier recorte. Porque las medidas van contra los débiles. Y muchos de estos débiles no sabían que eran tan débiles. Ahora lo aprenderán. Cuando se den cuenta de la insensibilidad del gobierno hacia ellos. Cuando comprendan que son parte del pueblo y no parte de la élite. Cuando comprendan que la desgracia de su vecino no trae el beneficio propio sino el beneficio del poderoso.
Las medidas del PP. Perjudicando a sus votantes. Recordando a sus votantes su lugar real en la sociedad. Recordando a la clase media que no es más que clase media. Aprovechándose de la división de la clase media. Unos, los que aún están bien, buscando trasladar a sus vecinos los problemas. Otros, los que ya están mal, sin saber defenderse. Sin saber resistir la injusticia. Porque nunca se habían visto en esta tesitura. Porque se había perdido el recuerdo de la pobreza. Y ahora ésta volverá. Se ha votado al PP. Se ha votado el fin del Estado del bienestar. Por decisión popular.
Últimas elecciones hispanas. Entre el PSOE y el PP dieciocho millones de votos. Dieciocho millones de supuestos ricos. Triste refrendo popular del desmantelamiento del Estado del bienestar.  Diez millones de votos en blanco o abstenciones. Las clases medias caídas en desgracia sin ir a votar. Adoptando una actitud pasiva. En plena crisis. Cuando es más importante que nunca elegir un gobierno que atenúe la injusticia. Pensando que ya bastante desgracia es haber dejado de soñar con ser ricos. Sin darse cuenta que mucha mayor desgracia es consolidarse como pobres.
Las últimas elecciones hispanas. El crecimiento de las desigualdades. La vuelta de la insensibilidad de los ricos hacia los pobres. El racaneo con los cuatrocientos euros. No hay dinero para que las familias más necesitadas compren comida. Sí hay dinero para Bankia. De nuevo dobles raseros sociales sin disimulo. De nuevo el problema de los gobiernos no es la pobreza hispana, sino la moral hispana. El gobierno espantado con el aborto. Justificando que nazcan niños con deformaciones. Niños condenados a la caridad de los ricos porque en los pobres se ha dejado de gastar. La vuelta a concepciones sociales tradiciones. Los ricos, los buenos. Los pobres, los malos.
La insensibilidad hacia los débiles con la conciencia tranquila. La vuelta a morales tradicionales. Soy casto y puro. Amo a mi familia. Mis vicios los mantengo ocultos. La pérdida de morales sociales. El rechazo de los valores humanos. Los inmigrantes sin sanidad. Para esto tampoco hay dinero. Los españoles consintiendo. Creyendo que hacia ellos sí va a haber solidaridad de los españoles ricos. Creyendo equivocadamente en la unidad de los españoles. Sin pensar que sin moral social no hay Estado de bienestar. Sin pensar que los ricos no tienen moral social, sino que tienen otra moral. La moral del despojo y el arrepentimiento. La moral de las buenas acciones. La moral de la virtud.
Los ajustes repercutiendo en los más débiles. El empobrecimiento galopante de los españoles. Justificado para salvar a España del desastre. Siempre el grupo por encima del individuo. Éste dispuesto al sacrificio. Dispuesto a aceptar las explicaciones dadas por el gobierno. Sin darse cuenta de que éstas no bastan si no van acompañadas de soluciones para los problemas de las personas. Y que éstos problemas se están acentuando. Por las decisiones de su gobierno. Y que estas decisiones no están afectando a todos por igual. Que están afectando más a los débiles que a los fuertes. Y que esto es injusto. Y que en democracia no debería ocurrir.
El triunfo electoral del PP. El recrudecimiento de los ajustes. Los españoles atontados. La gente sin ojos para prevenir. Sin fuerzas para reaccionar. Algunos vuelven la vista al PSOE. Apañados vamos. Consideran que, del mal, el menos. Pero en democracia no hay que aceptar los males. En democracia no hay que aceptar las injusticias. En democracia el gobierno lo elige el pueblo. En España el pueblo son las clases medias. Si quieren seguir siendo clases medias tienen que espabilar. Los avisos son cada día más serios. Llegarán otras elecciones. Eso espero. Vota PP-PSOE.
El capítulo cuarenta dice así:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO. LA CONFIANZA
España entró en el siglo XXI con confianza. La economía iba bien. España crecía. Los españoles se sentían optimistas. Se sentían confiados en el futuro. España se estaba convirtiendo en una potencia mundial. En una de las locomotoras económicas europeas. Por fin los españoles sabíamos ser eficaces. Por fin España iba a ser un país rico. No más emigración. La inmigración como fenómeno nuevo. Como demostración del esplendor económico hispano.
Llegó la crisis. Cambiaron las tornas. Se acabó el boom de la economía. Llegaron los problemas de los españoles. Empezaron a tener apuros económicos. Cada vez más serios. A nadie le gusta vivir mal. Menos cuando otros siguen viviendo bien. Surgieron eslóganes que echaban la culpa al capitalismo. Surgieron propuestas de reforma del capitalismo. Éste era justo cuando dejaba a los españoles jugar a ser ricos. Pasaba a ser injusto cuando sólo los ricos seguían viviendo como lo que son.
El descontento se extendió. Nadie protestó. Extraño. Nadie podía protestar porque eran romper la ilusión de volver a ricos. Los españoles habían perdido ya el sentido práctico. Preferían las explicaciones del gobierno. Preferían las explicaciones neoliberales. Preferían atraer inversiones a conservar derechos. Preferir la lógica del capitalismo a la lógica social. Yo vivo mal. Da lo mismo. No es justicia lo que quiero, es riqueza. Me callo por tanto. El gobierno liberalizará el mercado. Atraerá dinero. De nuevo jugaré a ser rico. Nada de nada.
Las explicaciones del gobierno. Las medidas del gobierno. Generar confianza a los inversores. A costa de los derechos de los españoles. Como si fuera la panacea. Como si fuera posible contentar a la codicia humana. El ser humano es insaciable. No se puede vivir sólo del favor de los ricos. Hay que saber poner también límites. Y obligaciones sociales. Nadie da nada porque sí. El ser humano sólo es generoso si se le obliga. Lógica. Yo no pago impuestos porque sí. Nadie da ejemplo. Nadie es el tonto.
Las medidas del gobierno para salir de la crisis. La recuperación de la confianza en España. Las leyes liberalizadoras. La vuelta a la sumisión antigua. Contentar al rico. Contentar al amo. La vuelta al pasado. La vuelta a la desigualdad. Los paraísos fiscales. Los privilegios fiscales. ¿Para qué la revolución francesa? ¿Para qué el resto de revoluciones de la edad contemporánea? La historia es circular. Quien manda, manda. Quien es mandado, es mandado. Siempre se le engaña. Ahora con el argot económico.
Los españoles sufriendo la crisis. Debemos estar unidos. Confiemos en el gobierno. Confiemos en el progreso de las sociedades. Los ajustes son necesarios. Son coyunturales. Tengamos paciencia. Seamos sensatos. No hay que hacer huelgas. Daña la imagen del país. ¿Quién va a invertir en Hispania? Ya no hacen falta leyes represoras. Ya no hace falta la paz social del franquismo. En democracia nos reprimimos nosotros solos. Tenemos la paz democrática del miedo. Del miedo a ser malos ciudadanos. Del miedo a no contribuir a la armonía democrática. Del miedo a no contribuir a la recuperación económica.
Generar confianza en España. Por cultivar la libertad económica destruimos la libertad política. Nos ponemos las cadenas nosotros mismos. Como con Fernando VII. El pueblo español no cambia. Le gusta ser mandado aunque cambien las razones. Y los poderosos siempre encuentran razones para mandar. Siempre encuentran justificación para todo. Para lo justo y para lo injusto. Más bien para lo segundo.
Generar confianza en España. Las razones económicas imponiéndose a cualquier otro punto de vista. Una mentira dicha mil veces pasa a ser verdad. Y los argumentos económicos se repiten mucho en democracia. En los periódicos, en las televisiones, en las radios. Hay una saturación en los medios informativos de noticias económicas. Siempre del mismo palo. Primero creando alarma. Después proponiendo nuevos ajustes. Porque son necesarios. Porque de nuevo el español se tiene que sacrificar por su país. Como en el pasado. Es cuestión de patriotismo. Antes había que ir a la guerra. Ahora hay que ir al paro.
 La crisis. Las soluciones a la crisis. La confianza. La mentalidad de nuevos ricos bien instalada en la mente de la sociedad hispana. Los españoles aceptando los ajustes porque creen en una solidaridad natural entre iguales. Pero no son iguales. Hay clases sociales. Y ellos son clase media. No son clase alta. Son clase media que acepta medidas que comportan sacrificios como si aún fuera clase baja. Son clase media que ha perdido el orgullo porque se cree clase alta. Son clase media que no sólo va a perder el orgullo.
La confianza. Los españoles creyendo que ellos no deben protestar. Los españoles volviendo a una actitud resignada. Como los pobres pero sin ser pobres. Los españoles creyéndose ricos. Siendo así más fáciles de engañar. Y el engaño ya dura mucho. Ya empieza a ser peligroso para el bienestar de muchos. Para el bienestar de casi todos. Pero las mentalidades cambian lentamente. Muy lentamente. Vota PP-PSOE.

domingo, 24 de febrero de 2013

El trigésimo noveno capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS MALAS PRÁCTICAS FINANCIERAS
Inicios de la crisis. A los españoles nos llegan de Estados Unidos unas extrañas palabras que no entendemos. Las hipotecas subprime. Parecen un problema sólo financiero. Los españoles no les damos mucha importancia. El gobierno nos tranquiliza. La economía española es sólida. Empiezan las quiebras. Lehman Brothers. Empieza el gobierno a hablar de desaceleración económica. No habla de crisis. Los españoles seguimos tranquilos. Refrendamos a Zapatero. Estados Unidos queda muy lejos.
Ha pasado el tiempo. La economía española no era tan sólida. Las hipotecas subprime sí eran algo sólido. La crisis sí era real. Los problemas financieros sí afectaban al resto de la sociedad. La afectaban muy seriamente. Los bancos con problemas. Los estados ayudando a los bancos. El dinero de la sociedad dirigiéndose a los más ricos. Sin contrapartidas. Porque los pecados de los bancos se perdonan. Aunque hayan provocado la crisis. Aunque estén provocando la pobreza.
Los delitos económicos. Un tipo de delitos sin castigo. Las leyes al servicio de los ricos. Reforzando la desregulación. Para volver al punto de partida de todas las sociedades. Unos pocos ricos y unos muchos pobres. Las clases medias revirtiendo su riqueza a las clases altas. Fin del reparto. Hay que ayudar a los bancos.
Los delitos económicos. Las prácticas financieras. El Estado ayudando a los bancos. La crisis pagándola la gente corriente. Pagando justos por pecadores. Leyes injustas en el Estado de derecho. Ocultación de información. Todo al servicio del fuerte. Contradicciones aceptadas por la sociedad. Porque la sociedad no cree en la igualdad. Porque la sociedad acepta los privilegios de los millonarios. Los acepta porque sueña con ser uno de ellos.
Bankia. Versión española de los escándalos financieros. No es la única. Las preferentes es otra. La manipulación de las cuentas de la CAM es otra. Falseamiento de balances. Ingeniería financiera. Comisión de investigación sobre Bankia. Un paripé. Los ejecutivos tranquilos. Ellos ganaron mucho dinero. Los españoles perderán mucho dinero. Unos ganan, otros pierden. Es la lógica del capitalismo. Nadie acabará en la cárcel. Muchos acabarán en la pobreza.
La lógica del capitalismo. El Estado prestando dinero a los bancos para que no quiebren. El Estado generando el problema de la deuda pública. Los bancos aprovechándose de los problemas económicos del Estado. Intereses usurarios. Es fácil hacer negocios así. Si tengo problemas yo, otro me ayuda generosamente. Si el otro tiene problemas, yo le sangro. Es fácil hacer dinero así. No es ético hacer dinero así. La ética del riesgo en la base de los negocios.
Mismo caso. El BCE prestando dinero a la banca española para reflotar la economía española. Los bancos españoles invirtiendo ese dinero en otros países. Compromisos de los estados hacia los bancos. Compromiso de la sociedad hacia los bancos. Ninguna reciprocidad. Los negocios son los negocios. En las crisis es donde se ve la ética del dinero.
Causas de la crisis. Descontrol financiero. Exceso de poder de los bancos. Soluciones a la crisis. Saneamiento bancario. Reforzamiento del poder de los bancos. De nuevo la lógica del capitalismo. Los banqueros encantados. Los ejecutivos en su salsa. Para qué vamos a cambiar nuestros procedimientos. La sociedad se queda en la denuncia ética. No me importa. Sigo robando de manera legal. Los bancos ingleses dando ejemplo de que nada ha cambiado. Barclays demostrando que todo vale. Y que nada se castiga.
Los directivos de los bancos proponiendo soluciones para salir de la crisis. Hay que bajar salarios. Como ellos. Subida de las remuneraciones de los ejecutivos del Ibex. Dobles raseros en las sociedades democráticas. Democracia. La igualdad ante la ley. Igualdad teórica. No es lo mismo ser poderoso que no. Nunca lo fue. Pero ahora lo es con mucho descaro. La democracia. El poder del pueblo. Los ricos imponiendo una nueva reforma laboral. Que basa el despido en la contabilidad de las empresas. Los ladrones llevando las cuentas. Los ricos riéndose del pueblo. Nunca éste fue tan incauto. Nunca se dejó engañar tan fácilmente.
Las prácticas financieras. Las malas artes financieras. La especulación convertida en arte. En peligroso arte para las economías nacionales. El déficit público disparado para ayudar a los bancos. La reducción del déficit público como receta neoliberal para salir de la crisis. El Estado tiene que garantizar que paga sus intereses a los bancos. Hay que dejar el dinero en buenas manos. Que ya no son las de los ciudadanos. Porque éstos creyeron en un capitalismo sin controles. Que benefició a unos pocos, que está perjudicando a muchos.
Las malas prácticas financieras. La crisis. La riqueza volátil. La riqueza que no llega al ciudadano. La riqueza que abandona al ciudadano. Cuando ya se creía rico. Porque manejaba mucho dinero. Dinero que no era suyo. Dinero que era prestado. Ahora este dinero ha desaparecido. También ha desaparecido su propio dinero. Porque no tiene trabajo. Porque el Estado no le ayuda. No puede hacerlo. Tiene que ayudar a los bancos. Lo necesitan más. Los políticos lo entienden. Mario Conde ya no. Vota PP-PSOE.

jueves, 21 de febrero de 2013

Un nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL 15-M
España, mayo de 2011. La crisis va para largo. Repercute en los más débiles. Paro, caída de salarios, caída del nivel de vida. La injusticia manifiesta. Aparece un nuevo movimiento ciudadano. De masas. El 15-M. La ciudadanía parece despertar. Esperanzas de cambio. Esperanzas de reacción social. España sorprendiendo en los informativos del mundo desarrollado. En España no son todos borregos. En España hay gente pensante. ¡Increíble! No puede ser verdad. Y no era verdad.
Mismo año. Noviembre de 2011. Elecciones generales. Mayoría absoluta del PP. Los españoles deciden que reine la injusticia. Los debates sociales abiertos no han servido para nada. Las reflexiones sobre que la crisis la paguen los ricos no ha servido para nada. ¿Quién es el rico en una sociedad cuando nadie se siente pobre? El votante bipolar ha ido a las urnas. El votante descontento se ha quedado en casa. ¿Dónde está el 15-M?
Oportunidad perdida de crear un nuevo partido. Un nuevo partido que recogiera el descontento social. Una nuevo partido que pudiera legislar de otro modo. Con mayor justicia. No potenciando las desigualdades. Paliando los efectos de la crisis. El 15-M al margen de la política. Apartándose del poder. Queriendo hacer cambios removiendo las conciencias. Como si el ser humano no fuera un gran egoísta. Como si fuera tan fácil que todos nos volviéramos buenos.
No hay contradicción entre el gran triunfo electoral del partido popular y la aparición del 15-M. El mismo irracionalismo. El PP prometiendo la riqueza del neoliberalismo. El 15-M prometiendo un mundo feliz de justicia y paz. Un mundo de utopías. El programa oculto del PP y el programa sin concretar del 15-M bebiendo de la irrealidad en que vive el ser hispano. Un ser hispano que no quiere descender a la realidad. Que prefiere vivir engañado. Que no quiere hacerse daño. Que no quiere comprender su fracaso.
El 15-M. Es posible reconstruir un mundo feliz. En que todos seamos ricos. En que todos seamos superiores. En que todos seamos generosos con todos. Basta de romanticismos. No son posibles los mundos perfectos. No son posibles los mundos en que los ricos son seres malos que se convierten en buenos. Todos somos egoístas. Los ricos son ahora los malos porque tienen mucho más que yo. Si yo tuviera tanto como ellos sería tan egoísta como ellos. Porque soy tan humano como ellos.
El 15-M. Hay que ser más prácticos. Hay que ser más humildes. No creer que me van a hacer caso porque tengo razón. Hay que pensar la realidad. Yo ahora quiero justicia porque estoy en el lado débil. Si estuviera en el fuerte quisiera proteger lo mío. Dentro de las sociedades hay intereses enfrentados. Y hay que defenderlos con la acción política. No basta con salir a la calle a afear las decisiones de los políticos. Esperando que comprendan a los ciudadanos. Los políticos sólo toman en serio a quienes hay que tomar en serio. Y los ricos son demasiado poderosos para contrapesarlos con vaguedades.
No hay que pedir democracia real. Hay que usar la que hay. Aunque sea imperfecta. No hay que pedir escaños en blanco. ¿Quién hace las leyes entonces? Y de las leyes dependen los derechos. Es muy fácil la crítica al sistema. Es muy difícil la revolución. Hay que buscar un camino intermedio. Un camino político. Rompiendo el grupo. Pensando como pobres. Pensando en leyes más justas. No pensando en comunidades ejemplares. Nada de fantasías anticapitalistas. El dinero es necesario. La política es necesaria.
El 15-M. La oportunidad perdida de un tercer partido. La oportunidad perdida de una alternativa política. Aunque generara desconfianza. Aunque mucha gente no se atreva a votar a nuevos políticos. Por miedo a nuevos engaños. Mucha gente que no entiende la democracia. Claro que por cambiar a los políticos no se soluciona el problema. Las personas serán nuevas. No tienen porque ser mejores. Hay que ponerles límites. Hay que ponerles frenos democráticos. El 15-M era una oportunidad de ello. Una oportunidad perdida.
Es más cómodo criticar al sistema sin mojarse. Manteniendo la integridad ética a salvo. No contaminándose por el poder. Creyendo que la actividad política es accesoria. Porque aún pienso como jefe. Aún no pienso en mi fracaso vital. Aún no siento la importancia de luchar por derechos concretos. De organizarme para conseguirlos. Aún creo en el sueño individual. Aunque temo por él. Por eso salgo a la calle. Por eso no voto. Por eso permito el triunfo del PP.
El 15-M. Ir a protestar como quien va de fiesta. Como si fuera fácil estar alegre cuando se hunde la sociedad del bienestar. Cuando se hunden los derechos de los trabajadores. Pero no me acuerdo que yo también soy trabajador. No siento rabia por ello. Sueño. Algún día dejaré de ser trabajador. Como mucho critico a los sindicatos. Crítica merecida. Han olvidado su beligerancia. Pero ellos sabían protestar en grupo. Yo no sé. Yo me olvido de mi indefensión. Yo me olvido de que mi voz es muy débil. De que sólo es fuerte unida a otras voces. Me olvido de que tengo que renunciar a mis sueños para tener un futuro. Porque no es momento de sueños. Es momento de luchas. De luchas sindicales. De luchas políticas. Vota PP-PSOE.

viernes, 15 de febrero de 2013

El trigésimo séptimo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA POLÍTICA
Desinterés contemporáneo por la política. La juventud desactivada. Las universidades tranquilas. Queda ya lejos el espíritu de Mayo del 68. El comunismo ha desaparecido hace tiempo. El neoliberalismo ha triunfado. Ha llenado de bienes los hogares de las clases medias. Éstas están satisfechas. No se plantean cambios. Han perdido la costumbre de planteárselos. No lo creen necesario.
Cada vez la abstención aumenta más entre los votantes. La gente no confía en los políticos. Pero deja hacer. Respeta a la democracia. Lógico. Las personas corrientes pueden elegir a sus gobernantes. Nunca había pasado a lo largo de la historia que los dominados pudieran influir de modo tan importante en sus dominadores. Las personas corrientes aprecian este componente exclusivo del sistema democrático. La democracia es la culminación de la política. La política pierde interés.
La democracia trae la libertad política. Trae la libertad de elegir gobierno. Pero también trae una conciencia igualitaria. Una conciencia igualitaria que también adormece la conciencia política. Porque los ciudadanos creen en la posibilidad de ascender socialmente. Porque los ciudadanos ya no creen en jerarquías sociales. La democracia trae sueños de igualdad. Todos podemos soñar con ser ricos. Todos podemos soñar con ser los amos.
Es fácil soñar con ser rico cuando se vive bien. Las clases medias viven bien. Consideran que ya no hay ninguna causa noble por la que luchar. Que ya no hay ninguna revolución qué hacer. Que, por no haber, ya no hay ni que ir a votar. El sistema está ahí. A disposición de todos. Sólo tienes que ser lo suficientemente capaz para aprovecharte de sus ventajas. Hay libertad. Sólo tienes que preocuparte de ser el mejor. Y el mejor se enriquece. El mejor manda. La sociedad valora el talento. La sociedad no valora la política.
El individuo sólo preocupado de sí mismo. Confiando en su talento. Confiando en su suerte. Sin pensar que en la vida no sólo se puede ser rico, sino que también se puede ser pobre. Sin hacer una reflexión tan elemental. Sin reflexionar sobre el contexto en el que vive. Sin reflexionar en cómo ha llegado a vivir bien. Pensando que el bienestar es natural. Pensando que  en la vida sólo se puede mejorar. Pensando que él no va a ser el tonto que no tenga éxito. Pensando que él no va a ser menos que nadie. Pensando sólo en el ascenso social. Pensando como jefe.
El neoliberalismo reforzando la confianza en la democracia. El aluvión de bienes haciendo sentir a las clases medias ricas. Haciéndolas creer que están en el sistema perfecto. Un sistema que no tiene fallos. Un sistema que no necesita retoques porque la prosperidad llega a todo aquel que se lo propone. Un sistema en el que ha desaparecido la oposición de clases. Es fácil. Yo vivo bien. Yo pienso como rico. La clase media vive bien. La clase media piensa como rica. La clase media piensa como clase dominante. La clase media no piensa.
La clase media ha dejado de pensar. Ha dejado de pensar en que su situación de bienestar era producto de muchos años de lucha social. Ha dejado de pensar en que la democracia no ha venido del cielo. Ha dejado de pensar en que la riqueza se reparte porque por el camino hubo un largo rosario de revoluciones. Ha dejado de pensar en que no todo depende del individuo. Que éste es frágil. Que éste es débil. La clase media ha olvidado que la mayoría de las personas necesitan de una sociedad justa para vivir bien. Y este olvido lo puede pagar. Lo está pagando.
Es necesario volver a interesarse por la política. Volver a interesarse a una escala humana. No sintiéndose políticos. No sintiéndose tertulianos. No imaginándose como los jefes. No imaginándose arreglando el país. No pensando en las soluciones del país. No pensando a escala de grupo. Hay que pensar en nuestros problemas. En nuestros pequeños problemas. Hay que verse como ciudadanos. Como ciudadanos que sólo desean vivir bien. Como ciudadanos que deben desconfiar de las grandes teorías socioeconómicas. Como ciudadanos que deben desconfiar de los discursos políticos. Como ciudadanos que deben premiar o castigar con su voto a los políticos.
Pensar como ciudadano. Exigir al gobierno que la riqueza me llegue. Que no me hable de economía. Que no me hable de crecimiento a largo plazo. Que no me hable de futuras recuperaciones económicas. Que me explique por qué no se puede sostener el Estado del bienestar. Que me explique por qué no se puede sostener cuando somos muchos más ricos que cuando se creó. Que me explique por qué me engaña. Que por qué me cuenta que voy a ser rico cuando sus leyes me pueden convertir en pobre.
Pensar como ciudadano. Es tan difícil. La clase media acostumbrada a pensar en grande. Incapaz de renunciar a sus grandes ilusiones. Incapaz de renunciar al sueño de ser poderoso. Esperando que los recortes afecten a otros. Aplaudiendo el perjuicio de su vecino. Pensando en soluciones al país que dañan a su prójimo. Hablando de la necesidad de echar gente a la calle. Hablando con naturalidad de la gente que sobra. Hablando con mucho egoísmo de necesidades colectivas. De necesidades en que sobran todos menos uno mismo.
La clase media como aspirante a la riqueza. La clase media sin desear el reparto de la riqueza. De una riqueza que considera que en un futuro será suya. Sin pensar que ya tiene amos. Y amos muy celosos de lo suyo. Que no sólo no van a dar nada, sino que quieren apropiarse de una porción mayor de la tarta. Y lo están consiguiendo. Gracias a que el ciudadano no mira hacia arriba con espíritu crítico. Gracias a que el ciudadano no pone límites a los más ricos. Gracias a que para el ciudadano sólo no sobran los ricos.
Es cierto. No sobran los ricos. Pero hay que pedirles que sean humanos. Hay que exigirles que sean humanos. Con leyes. Con leyes que hacen los gobiernos. Gobiernos que pueden ser elegidos por el pueblo. Las clases medias tienen que volver a la política. Tienen que ir a votar. Concientes de la posibilidad de vivir peor. Conscientes de que no van a ser ricas. Conscientes de que no se deben engañar a sí mismas. Conscientes de que es muy fácil engañarlas. Conscientes de que hay castigar los engaños. Vota PP-PSOE. 

lunes, 11 de febrero de 2013

El siguiente capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA PRODUCTIVIDAD
Verano de 2012. Se recrudece la crisis en España. Se recrudecen los incendios forestales. El país devastado. Arde España, pero no de indignación. Arde España de verdad. Miles de familias afectadas. Inmenso desastre ecológico. Inmensa tragedia humana. Época de recortes. Época de descuidos en gastos esenciales. La prevención olvidada. Sobra personal. El gobierno no puede sostener tantos gastos. No se puede gastar por encima de nuestras posibilidades. Los montes quedan olvidados. Los españoles también.
Sobra personal en la prevención de los incendios. Normal. Son trabajadores improductivos. Un país no puede sostener tanto gasto en trabajadores públicos. La empresa privada es más eficiente. La empresa privada crea riqueza. Hay que reducir el sector público hispano. Es una rémora para la economía del país. No es sostenible.
Criterios económicos por encima de criterios sociales. ¿Cómo se cuantifica el prevenir un incendio forestal? ¿Cómo se mide que el Estado restringa en medios para paliar los efectos del fuego? Cuando el daño llega es más fácil de medir. Es fácil cuantificar las pérdidas. ¿Compensa el ahorro  el daño causado por el fuego? Dudosa respuesta. Los afectados lo tienen claro. Ellos sufren el daño. Los contribuyentes también lo tienen claro. Ellos no sufren el daño. Ellos seguirán apoyando los recortes. Ellos seguirán apoyando la eficiencia del Estado.
Criterios económicos. Los empleados públicos perdiendo en la comparación con los trabajadores de la empresa privada. Gracias a ésta se sostienen los primeros. Los trabajadores públicos se aprovechan del trabajo de resto de españoles. Hay que acabar con esta situación. El país no puede seguir pagando a trabajadores improductivos. Lógica aplastante. La lógica de la rentabilidad. Pero, ¿son rentables todos los servicios sociales? ¿Es rentable la prevención de incendios? ¿Hay alguna empresa privada que se quiera encargar de esta rentabilidad?
Otras rentabilidades. La sanidad. ¿Es rentable la sanidad dirigida a los más pobres de la sociedad? Aquí también hay grandes ineficiencias. Aquí también sobran muchos trabajadores públicos. Aquí también el gobierno está metiendo tijera. A fondo. Racionalizando la Seguridad Social. Con resultados evidentes. Cada vez peor la atención sanitaria a los más débiles de la sociedad. No importa. Hay que ver el otro lado de la cuestión. La esperanza de vida se reducirá. Será un nuevo éxito del gobierno. Una nueva y necesaria normalización. Los españoles vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Vivíamos por encima de la edad que nos correspondía.
Los cambios en la sanidad. Antes, reforzar la sanidad era una necesidad social. Ahora, debilitarla es una necesidad social. Hacer más con menos. Ya lo decía hace años Carrascal. Persona humilde donde las haya. Los recortes en gasto sanitario. Cada vez mayores impuestos para menores servicios médicos. El medicamentazo. El copago. La población española envejecida. Cada vez mayor masa pasiva soportada por el contribuyente. Imposible de sostener. Imposible de sostener a tantos viejos. Los jubilados sí que son improductivos. Es bueno reducir la esperanza de vida.
Sigamos a vueltas con los recortes sanitarios. Pensemos en sus posibles efectos. En los posibles efectos sobre uno mismo. Yo soy de los que vivo bien. Yo soy de los que me puedo pagar mi sanidad privada. Pero muchos de mis vecinos no. Éstos pueden coger una enfermedad. Muchas enfermedades son contagiosas. Yo me puedo contagiar de ellas. Otro tipo de prevención que es improductiva. Sobran hospitales. Muchas comunidades están optando por suprimirlos. Para racionalizar la sanidad. Bonita palabra. Como la de productividad. Conceptos importados de la economía. Conceptos asumidos por el ciudadano. Conceptos perjudiciales para el ciudadano.
Otros recortes. Los educativos. Me los conozco bien. En mi instituto éramos cincuenta profesores. El año que viene diez de ellos no tendrán trabajo. Menos profesores con los mismos alumnos. No hay problemas. Aumentaremos nuestra productividad. Daremos las materias afines. Me explico. Soy profesor de historia. Tendré que dar lengua. O latín. Materias de las que sé poco o nada. Bien. Me esforzaré. Los alumnos no lo notarán. Les pondré buena nota. Quizá lo noten más en el futuro. Cuando la nota no importe tanto. Cuando importen más los conocimientos.
Los recortes educativos. El gobierno presumiendo de mantener la calidad de la educación. Sin asumir culpas. Como con los incendios. Los culpables son los que tiran una colilla encendida. Hay que endurecer las penas. Bien. Pero yo deseo que mi gobierno también tenga responsabilidades. Deseo que mi gobierno no siempre eche la culpa de sus faltas a otras personas. Que no mire a otro lado y quede impune. Que no me acuse a mí de lo que es culpa suya. Que es muy fácil gobernar así.  Que lo difícil es gobernar para el ciudadano.
Recortes y recortes. Yo voy a trabajar en coche. Vivo en una zona de montaña. Muchas nevadas. ¿Habrá restricciones en máquinas quitanieves? Supongo que sí. ¿Me afectará a mí solo? Supongo que no. La productividad por encima de la necesidad. Piénsese en el trabajador improductivo por excelencia. Aquel que sostiene la señal para parar el tráfico en una obra de carretera. ¿Es improductivo este trabajador? Sí. ¿Es necesario este trabajador? Sí. Evita accidentes. Evita desgracias. ¿Sería rentable suprimir este trabajador? Si. ¿Sería responsable suprimir este trabajador? Pregunta sin respuesta. El sueño de la razón crea monstruos.
La productividad. Los criterios económicos introducidos en el Estado del bienestar. También los gobiernos echaban cuentas hace años. Cuentas que salían. Había sanidad y educación públicas. Había prevención de incendios. Había otros servicios sociales. Se podían financiar. Ahora las cuentas no salen. ¿Saldrán cuando pase la crisis? No creo. El disco de la historia ha girado. Las clases medias han racionalizado al Estado. Han apoyado el fin del déficit público. Se han condenado a sí mismas. Son felices razonando. Serán infelices viviendo. Vota PP-PSOE.

domingo, 10 de febrero de 2013

El trigésimo quinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL INGLÉS
Aprender inglés. El nuevo Deus ex machina de los españoles. La clave que les salvará sus vidas. La clave que acercará a España a estándares europeos. Cuando aprendamos inglés los españoles por fin seremos europeos. Cuando aprendan inglés los españoles por fin vivirán bien. Hasta entonces seremos un país atrasado. Hasta entonces los españoles vivirán mal.
El inglés. Unión del sentido de competencia contemporáneo con el clásico complejo de inferioridad hispánico. Tengo que ser el mejor. No puedo ser el mejor si no sé inglés. Si no sé inglés estoy condenado a ser un mediocre. Tengo que aprender inglés. Tengo que estar en el lado bueno de la sociedad. Tengo que estar en el lado de los que tienen éxito. Tengo que merecerme ser europeo.
El inglés. La panacea de los empresarios para rebajar los humos de los trabajadores. Cómo se puede pretender cobrar bien si no se sabe inglés. Vaya atrevimiento. No tiene la formación adecuada y se atreve a pedir más sueldo. Que aprenda inglés. Muchos otros ya lo están aprendiendo. Que se apliquen bien en su conocimiento. Que cuando lo aprendan ya encontraré otra excusa para ponerles en su sitio.
Soy una empresa. Tengo que competir. Cómo voy a hacerlo con trabajadores que no saben inglés. Aunque mi empresa trabaje en España. Aunque mis trabajadores no tengan que emplear esa lengua en sus cometidos. El inglés es necesario. Todas las aptitudes del mundo se reducen a nada si no se sabe inglés. Si no se sabe este idioma el resto de conocimientos no cuenta. El resto de habilidades no sirve. Un currículo es inservible si no hace referencia al conocimiento mágico. Al único conocimiento necesario: el inglés.
El inglés. El obstáculo más sutil para las reclamaciones laborales de las nuevas generaciones. Fácil cebo para vencer las resistencias del trabajador moderno. Quiere ser el más formado. Quiere ser el mejor pagado. Se avergüenza de no saber inglés. Él asume su culpa. De qué vale una formación universitaria si no se sabe inglés. De que vale una formación laboral si no se sabe inglés. De que vale alguien que sepa inglés si no sabe hacer otra cosa.
El inglés. La lengua más empleada del mundo. Un idioma muy útil. Un mundo globalizado. Sin duda, cada vez más es necesario comunicarse en inglés. Hasta aquí de acuerdo. Seguramente muchos de los negocios del mundo hay que hacerlos en inglés. Pero la mayoría de los españoles no somos hombres de negocios. Somos gente corriente. Gente corriente que no necesita el inglés para vivir. Gente corriente que no necesita el inglés para trabajar. Gente corriente que debe dejar a un lado sus complejos. Aquellos que sepan inglés que intenten rentabilizarlo. El resto que se resista a su degradación.
Soy español. En el día a día no uso el inglés. Como la mayoría de mis compatriotas. La mayoría de los españoles no usan el inglés habitualmente. La mayoría de los españoles no viven en un país de habla inglesa. La mayoría de los españoles tienen problemas laborales. El inglés parece la solución. Escasa lógica. De la que sé mucho. Soy profesor de historia. Ahora las clases de historia hay que darlas en inglés. A alumnos españoles. Para enseñar historia no hay que saber historia. Hay que saber inglés.
Hay que saber inglés porque nuestros jóvenes tienen que ser bilingües. Se pretende que sean bilingües dando las clases de historia en inglés. Eso sí. Al salir de clase hablan en español. Olvidan el inglés. No aprenden inglés. Tampoco aprenden historia. Porque es difícil comunicar conocimientos complejos en otra lengua. Porque el nivel de inglés hispano es insuficiente para recibir una buena clase de historia en esta lengua. Pero los políticos mandan. Interpretan el sentir de la sociedad. La sociedad demanda que los jóvenes españoles aprendan inglés. Para eso estamos en Europa. Para eso estamos globalizados. Para eso estamos globalizados a costa de nuestro bienestar.
El inglés. Los políticos interpretando a su modo la demanda social del inglés. Esperanza Aguirre en Madrid. Mantiene la calidad de la educación porque mantiene el bilingüismo. Recorta en todo lo demás. Recorta desdobles. Recorta profesores. Aumenta número de alumnos por clase. Todas estas medidas no perjudican la formación de nuestros jóvenes. Todas estas medidas no perjudican la igualdad de oportunidades. Nuestros jóvenes van a aprender inglés. Qué importa que no sepan de nada más. Que  importa que estudien matemáticas en clases masificadas. Que importa que estudien lengua en clases masificadas. Lo importante es que aprendan inglés. Por supuesto también en clases masificadas.
El inglés. La máxima expresión de nuestros complejos nacionales. Conocimiento útil convertido en conocimiento sagrado. Sé mucho del aprendizaje del inglés. Mis padres se preocuparon. Me pagaron muchos años de clases particulares. Llegué a tener cierto nivel de vocabulario y gramática. No me sirvió para nada. Nunca he hablado bien en inglés. No sé expresarme bien en inglés. Como la mayoría de los españoles. Que viven obsesionados por el inglés. Que no llegan a aprenderlo nunca bien. Porque no lo necesitan. Pero siguen considerándolo imprescindible. Morirán considerándolo imprescindible. Avergonzados de no saberlo. Votando a los políticos para que corrijan este defecto nacional. Como si no hubiera problemas más graves. Como si no hubiera problemas más importantes. Los políticos al servicio de la sociedad. Los políticos encantados con el inglés. Vota PP-PSOE.
Un nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: MI GENERACIÓN
Voy a cumplir los cuarenta años. Soy de la generación mileurista. La primera que nació acomodada. Sus padres aún pasaron penalidades. Mi generación ya no. Sus padres, después de nacer, vivieron tiempos mejores. Mi generación, después de nacer, pensó que aún quedaban mejores tiempos por vivir. Se equivocaba. Quedó en tierra de nadie. Con una prosperidad heredada. Incapaz de crear su propia prosperidad.
Mi generación. La primera que desconoció la pobreza. La primera que no aprendió a protegerse de ella. Se creyó que por no ser pobres ya eran iguales a los de más arriba. Se creyó la igualdad de oportunidades. Creyó que con estudio y trabajo era posible trepar socialmente. No se percató de que la igualdad de oportunidades era un timo. Para estudiar sí. Para formarse sí. Para ver recompensado el esfuerzo no.
Soy licenciado. La mayoría de mis amigos son licenciados. Voy a hacer un breve repaso. No científico. Aproximadamente una cuarta parte de mis amigos no tienen trabajo. Otro porcentaje similar tienen malos trabajos que no tienen que ver con sus estudios. Otro porcentaje análogo tienen trabajos decentes que nada tienen que ver con sus estudios. Y el resto son clase media con el mismo nivel de satisfacción que sus padres.
El que no quiera ver el paso atrás social que no lo vea. Voy a explicar el caso del amigo más formado que tengo. Voy a llamarlo I., toda una eminencia. I. sacó la carrera de biología con altísimas calificaciones. Hizo el doctorado con altísimas calificaciones. Estuvo por diferentes laboratorios de distintas partes del mundo. Los primeros años trabajando para la universidad y los últimos buscándose la vida. Ahora está cerca de la cuarentena. Está al paro. Esperando un nuevo contrato temporal. En este caso de un laboratorio francés. La sociedad le dio la oportunidad de formarse. La oportunidad de aprovechar su talento. Él cumplió. La sociedad desperdicia su talento. La sociedad desprecia su esfuerzo. La sociedad no recompensa a I.
Mi generación. Incapaz de asumir su fracaso. Apoyándose en su familia. Estirando el crédito por no tener para pagar al contado. Imitándose sus miembros entre sí en la ostentación forzada. Compremos un coche caro. Compremos un piso. Confiemos en el banco. Pidamos el aval familiar. No revelemos que tengo un mal trabajo. No revelemos que, según pasan los años, en vez de mejorar empeoro. Finjamos éxito. Finjamos prosperidad.
La generación mileurista.  Llena de seres decepcionados. Seres que se engañan a sí mismos. Seres que fingen ser partícipes de una cultura de éxito. Seres insinceros consigo mismos. Incapaces de trasmitir sus enseñanzas. Incapaces de transmitir su fracaso a la siguiente generación. Para que los jóvenes no cometan los mismos errores. Para que no crean que se van a comer el mundo cuando no existen las condiciones sociales para ello. Para que no resulten tan engañados como fueron ellos.
Mi generación. Contribuyendo a perder los derechos que tantos años se tardaron en conseguir. Contribuyendo a perderlos porque estaban ciegos. Ciegos ante un retroceso social que era paulatino. Hasta ahora. Que llegó la crisis. Ahora el retroceso se acentúa a pasos acelerados. Pero los esquemas mentales no cambian. Mi generación sigue incapaz de reaccionar. Sigue creyéndose igual a los de más arriba. Sigue creyendo que el éxito es cuestión de tiempo. Aunque sus miembros rozan la cuarentena. Aunque sus miembros ya están en la cuesta abajo de la vida.
Mi generación. Pasan los años y no saca enseñanza de la experiencia de la vida. Aún se creen jóvenes para intentarlo. Aún se creen jóvenes para nuevas oportunidades. Pero las oportunidades se acaban. Las oportunidades no llegan. La vida tiene sus plazos. La vida pasa muy rápido. No se puede ser eternamente joven. No se puede jugar a ser Peter Pan cuando uno ya se ha hecho un paisano. No se puede ser eternamente iluso. Menos aún con una crisis encima. Es hora de reaccionar. Aunque ya no te salves tú. Aunque sea para salvar a los que vienen por detrás. Para que no se despisten en la defensa de sus derechos. Para que ellos aún puedan creer en un mundo mejor. Ellos aún tienen tiempo. Ellos sí son jóvenes.
La generación mileurista. La primera generación que no conoció la pobreza. La primera generación que empezó a pensar sin sentido práctico. La primera generación que ya no valoró la seguridad económica. La libertad lo era todo para ella. Porque la libertad pone a cada cual en su sitio. A los que valen los sitúa más alto y a los que no valen los sitúa menos alto. Por supuesto, todos creemos que valemos. Todos pensamos que la libertad es más necesaria que el comer. Todos queremos la libertad para que no nos corten las alas, para elegir trabajar en lo que me gusta, para que nadie me dirija hacia donde no quiero ir. La vida tiene múltiples oportunidades. Yo las sabré aprovechar. Yo lo valgo.
La sacrosanta libertad. Este año en mi trabajo. Los esquiroles enfadándose conmigo por reprocharles no hacer las huelgas. Respeta mi libertad me decían. Y tenían mucha razón. Pero no toda la razón. No hay que usar la libertad contra uno mismo. La libertad no es igual a la justicia. Porque en la sociedad hay miembros más fuertes que otros. Y que, si no tienen freno, ponen la libertad al servicio de reforzar su posición. Ponen la libertad al servicio de quien más tiene. Ponen la libertad al servicio de la propiedad. Y la justicia tiene otros componentes. Tiene que venir acompañada del derecho al trabajo. Tiene que venir acompañada de que los trabajos estén bien pagados. Tiene que venir acompañada de la dignidad del trabajador. Pero nadie se siente ya trabajador. Nadie piensa de modo colectivo.
Los mileuristas pensando como jefes. Soñando con el éxito. Las huelgas han fracasado. Muchos de mis compañeros han sido despedidos. Ahora van a disfrutar con libertad de estar en casa. Sin dinero. Sumándose a los muchos mileuristas a los que la crisis ha arrancado sus sueños. Esperando con ansiedad nuevas medidas contra los parados. Esperando porque no saben hacer otra cosa. Porque no saben luchar por sus derechos. Sólo buscan el éxito. El éxito es individual. El fracaso también. Vota PP-PSOE.

viernes, 8 de febrero de 2013

El capítulo trigésimo tercero es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL VOLUNTARIADO
¡Qué cosa más hermosa ayudar a los demás! ¡Qué cosa más hermosa ayudar a la sociedad! ¡Qué hermoso ayudar a otras sociedades! Hay tanta necesidad de altruismo en el mundo. Hay tanto egoísmo en el mundo. Menos mal que aún quedan personas buenas con capacidad de desprendimiento. Personas que den ejemplo. Buenos españoles que ayuden a los demás a salir de la crisis. Aportando su trabajo. Sin pedir nada a cambio a la sociedad. Como debe ser.
Trabajar por dinero. Qué feo. El dinero todo lo envilece. No hay nada que dignifique más al ser humano que renunciar a su interés. No hay mayor virtud moral que el hacer algo por otros seres humanos sin pedir nada a cambio. Muchos españoles lo han entendido así. Muchos españoles se ofrecen voluntarios para hacer tareas sociales. Muchos españoles entienden que el Estado no tiene dinero. Que no puede despilfarrar en trabajadores. Pero el trabajo hay que hacerlo. El Estado apela a los buenos españoles. Los buenos españoles dan un paso al frente. Los buenos españoles van a trabajar gratuitamente.
El Estado del bienestar sostenido con trabajo voluntario. El sueño del neoliberalismo. Por fin la pesadilla de los ricos de pagar impuestos para mantener servicios sociales se ha acabado. Una nueva caridad ha reaparecido. Ya no como valor religioso, sino como valor laico. De nuevo el compromiso social deja de ser obligatorio. Si tengo tiempo y dinero, echo una mano a la sociedad. De otro modo, nadie me toca lo mío.
Nadie me reprocha si no contribuyo a la sociedad. Nadie ve inmoral que no pague impuestos. Al contrario, se me valora cuando me decido a ser bueno. Entonces, todos me consideran un ejemplo a seguir. Hasta los parados. Y eso que les quito el trabajo. Pero la culpa de que no haya trabajo para los españoles es de los inmigrantes. Jamás de los buenos españoles. Que tanto hacen por España. Hasta trabajar gratis.
Valores morales a la medida del que más tiene. Valores morales en perjuicio de los que menos tienen. Los que viven bien presumiendo de trabajar gratis para la sociedad. Los que viven mal suspirando por un trabajo mal pagado. Y sin poder quejarse. Si lo hacen son malos ciudadanos que tienen que tomar ejemplo de los buenos españoles. Éstos no sólo no se quejan sino que arriman el hombro. Arriman el hombro en beneficio de España. Lástima que este beneficio no llegue a todos los españoles. Ya se sabe. Las buenas obras son caprichosas. Llegan a unos y a otros olvidan. Lo importante es la intención.
El trabajo voluntario. La nueva caridad. De nuevo la justicia social pasa a estar enterrada. De nuevo los derechos convertidos en gratitud. Las clases medias jugando a ser ricas. Asumiendo los valores de los ricos. Asumiendo el paternalismo de los ricos. Asumiendo este paternalismo en el peor momento. Cuando empieza su regreso a pobres. Cuando las ONGs empiezan a dedicar su ayuda a los españoles. Cuando de nuevo vuelve la división entre ricos y pobres.
Las ONGs. La exaltación del voluntariado. La exaltación de los valores más generosos del ser humano. El deseo de paliar la desgracia ajena. El deseo de erradicar la miseria. El deseo de huir de un mundo materialista. Las ONGs. La prueba de que la pobreza es muy real en otras partes del mundo. El deseo del español de sentirse bueno con los desfavorecidos. El deseo del español de aportar un poco de esperanza en otras partes del mundo.
Las ONGs. La posibilidad de viajar sin la despreocupación moral del turista. La posibilidad de conocer realmente el tercer mundo. La posibilidad de salir del universo autista del primer mundo. Que los voluntarios cuenten cómo se vive en otras partes. Que cuenten lo que es la pobreza. Que lo cuenten sin romanticismos. Que no vayan con una visión prefabricada de que los pobres son felices. Sobreviven en la desgracia sí. Sobreviven de la mejor manera sí. Intentando tener sus momentos de placer sí. Pero los voluntarios no se quedan a compartir su vida de felicidad. Los voluntarios regresan. Y deben contar la verdad.
Deben contar que la pobreza es real. Que afecta a personas tan listas como las de aquí. A personas tan válidas como las de aquí. A personas con las mismas aptitudes que las de aquí Que es absurdo no defender el bienestar cuando ya se ha conseguido. Que no es tan fácil vivir bien en este mundo. Que la mayoría de las personas no lo hacen. Que la mayoría de seres humanos no se pueden ni limpiar el culo con papel higiénico. Que hay muchos más pobres que ricos. Y que no son peores que tú. Que tú puedes ser uno de ellos.
El trabajo voluntario. Las ONGs. Representan valores sociales que no se pueden condenar. Pero hay otros valores sociales más importantes. Valores sociales que no sean voluntarios. Valores sociales que obliguen a un compromiso real. A un compromiso real de quienes más se benefician de pertenecer a la sociedad. A un compromiso real de quienes más ganan. Que deben ayudar por ley. Seres privilegiados cuya ayuda no puede quedar a expensas de su índole moral. Porque tienen mucho dinero. Y ese dinero es necesario para que no haya pobres. Porque lo ideal no es que las buenas personas ayuden a la sociedad, sino que la sociedad pueda ayudar a todos sus miembros. Y esto no se consigue con compromisos voluntarios.
La exaltación del trabajo voluntario conviviendo con millones de parados. Otra de las muchas aberraciones de Hispania. Muchos parados teniendo que aceptar periodos de prueba sin cobrar. Como si no necesitaran el dinero. Pero está feo hablar de dinero cuando hay personas que trabajan gratis. Porque todos tenemos que ayudar a la sociedad. Porque todos tenemos que defender un modelo social que no permite la pobreza. En Europa somos todos ricos. En Europa podemos ser todos desprendidos. En España somos europeos. Vota PP-PSOE.
El capítulo siguiente es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA LEY DE DEPENDENCIA
Tuve a mi abuela viviendo en mi casa muchos años. Estaba enferma. La cuidaba su hija. La cuidaba mi madre. Cuando yo nací ya había tenido su primera trombosis. Ya estaba paralizada de un lado. Ya hablaba mal. Aún se valía, aunque malamente. Había que ayudarla. Mi madre la ayudaba. Sus nietos la ayudábamos.
La trombosis se repitió. Convirtió a mi abuela en un vegetal. En un vegetal vivo. La mantuvimos en casa. Necesitaba de muchos cuidados. Aún vivió varios años. Yo estaba al paro. Había acabado la carrera. Seguía viviendo en casa de mis padres. Ellos trabajaban. Tuve que asumir muchos de los cuidados. Son tareas ingratas. Es duro cuidar de un enfermo crónico. Es más duro cuando no hay posibilidades de recuperación. Finalmente murió mi abuela. Su muerte me liberó. No puedo decir que me entristeciera. La hubiera seguido cuidando, pero era una esclavitud. Una esclavitud compartida por muchas familias.
Promulgación de la ley de dependencia. Tres años después de la muerte de mi abuela. Recuerdo aún fresco de mi sujeción a ella. Muchos años al servicio de un enfermo. Alegría porque otras familias van a recibir ayudas. Alegría porque se da fin a una situación tercermundista. Las familias ya no van a cargar solas con unas tareas tan penosas. Los españoles van a recibir ayudas del Estado para cuidar a sus seres queridos. Por fin el desamparo de los enfermos se va a considerar un asunto de justicia social y no sólo de amor familiar. España está cambiando. Un nuevo espíritu social se adueña del país.
Ley hermosa sobre el papel. Dificultades para llevarla a la práctica. Dificultades de financiación. Ya lo dijo Zapatero. Es de izquierdas bajar impuestos. Sobre todo a los más ricos. Favorezcamos a las Sicavs. Suprimamos el impuesto del patrimonio. Bajemos el impuesto de sucesiones. Confiemos en una economía sin redistribución. Confiemos en una economía sin reglas. La economía crecerá y crecerá. Habrá dinero para todos. Habrá dinero hasta para que juguemos a dictar leyes sociales. Hasta para que juguemos a diferenciarnos de las derechas.
Ley social sin capacidad de financiación. Confianza plena en la economía. Pensamiento muy de izquierdas. Nueva caridad de izquierdas. Cuando no haya dinero el ciudadano que se fastidie. Moderno sentido de entender los derechos. Moderno sentido progresista de entenderlos. La economía es cíclica. La crisis estaba al caer. La crisis viene dos años después de la ley. La crisis invalida la ley. El fracaso afecta doblemente. Con daños morales y con daños económicos. El fracaso de la ley afecta a las esperanzas y al bolsillo. Afecta a los cuidadores, no afecta a los políticos.
Soy Zapatero. Tenía buena intención. No es mi culpa que fracase la ley. Yo he cumplido. He diseñado esta ley tan hermosa. Soy de izquierdas. Tengo sentido social. Lástima que tenga un sentido populista. Con derechos de quita y pon. Me lo puedo permitir. La sociedad no me pide seriedad. Gano unas elecciones con la promesa de perdonar cuatrocientos euros de impuestos. La sociedad no me aprieta. Gestiono al capricho. Si la economía va bien soy el avanzado de la izquierda, si la economía va mal exijo responsabilidad y esfuerzo a los españoles. Los pobres conmigo ganan a veces, los ricos nunca pierden.
Ha llegado la crisis. Tomo medidas. De muy distinto signo a la ley de dependencia. Condeno a la pobreza a muchos españoles. No me siento responsable. Las leyes no me limitan. Reniego de mis promesas previas. Reniego de mis afirmaciones más tajantes. Me aprovecho de que el sentido del honor se ha perdido. Antes el dirigente que llevaba al desastre a un país dimitía. Tenía vergüenza pública. Se avergonzaba ante la sociedad. Estas cosas ya no se estilan. Somos políticos modernos. Somos políticos impunes.
El honor antiguo. No es fácil creer en él. Generaba una doble moral a favor de los poderosos. Su límite moral se lo ponían ellos, no la ley. Pero era algo. Ahora no hay nada. Ahora hay separación de poderes. Dicen que para se controlen entre sí. Más bien para diluir responsabilidades. Ahora el límite lo deben poner los ciudadanos. Pero éstos pasan de todo. Están tan acostumbrados a ser mandados que no discuten al que manda. Llevamos muchos siglos acostumbrados a la sumisión en Hispania. No se cambian de un plumazo los hábitos adquiridos. El ser hispánico reniega del poder pero no lo discute. El ser hispánico es cobarde por naturaleza.
Zapatero se ha ido. Rajoy ha llegado. El gobierno ha cambiado. Un cambio simple. Sólo hay una renovación de las mentiras. Ahora el PSOE denuncia las mentiras del gobierno. Hace un año el PP denunciaba las mentiras del gobierno. Hace un año el PSOE mentía en el gobierno. Ahora el PP miente en el gobierno. Bipartidismo. El PP gana las elecciones por el desgaste del PSOE. La crisis continúa. El PSOE esperando el desgaste del PP. Presumiendo de su faceta social. La ley de dependencia. Sería una aberración que el PSOE volviera al poder. Ya es hora de que el votante pegue un puñetazo en la mesa. Con inteligencia. Sin esperar milagros de una nueva fuerza política. Sin esperar que los nuevos sean limpios y honrados. Pero estando preparando para echarlos si también les corrompe el uso del poder. El ciudadano debe mandar y no ser mandado. El ciudadano debe castigar con su voto a los políticos si no quiere que éstos lo castiguen con sus decisiones.
Rajoy se irá. Como Zapatero se fue. No sé quien sustituirá a Rajoy. Tengo poca confianza en el ser hispánico. Me recuerda al ser itálico. Me recuerda cuando éste se cansó de la corrupción del pentapartito. La revolución ciudadana acabó con Berlusconi en el poder. Triste final para tantas esperanzas democráticas. Pero éstas hay que mantenerlas. Hay que confiar en que alguna vez el ciudadano entienda su fuerza. Entienda que es posible que no se vuelvan a dar decepciones tan importantes como la ley de dependencia. Entienda que hay que acabar con el bipartidismo. Y no sustituirlo por algo peor. El ciudadano tiene que estar siempre atento. Siempre dispuesto a castigar a los políticos. Le va en ello su bienestar. Ese bienestar que muchos españoles ya han perdido. Vota PP-PSOE.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Un nuevo capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO. LA CULTURA DEL ESFUERZO
Estamos en crisis. Los españoles hemos vivido muy acomodados. La sociedad hispana reclama a sus miembros mayor sacrificio. La sociedad reclama a los españoles mayores virtudes morales. Se la reclama especialmente a la juventud. A la juventud ni-ni que no hace nada. Yo soy profesor. Yo tengo que educar a los jóvenes. Yo les voy a poner las pilas. Yo les voy a enseñar las excelencias de la cultura del esfuerzo. Es la única cultura que vale en tiempos de crisis. España saldrá adelante. Yo cumpliré mi parte.
Pero tengo dudas. Recuerdo mi juventud. No siempre fui ejemplar. Ahora debo exigir lo que no me exigieron. No me convence. Es lo malo de tener memoria. Mis alumnos no son peores de lo que fui yo. Hay buenos y malos estudiantes. Como en mi época. Pero les exigiré más esfuerzo. Necesito una coartada. Necesito una coartada para justificar que yo tenga un buen trabajo y ellos estén condenados a un mal empleo. Debo hacerles sentir que la culpa es sólo suya. Que no se han esforzado. Que tienen lo que se merecen.
Yo no idealizo mi pasado. Ya soy algo mayor. Soy una excepción. Mi generación sí idealiza su pasado. Cualquier persona que está bien idealiza su pasado. Tiene que justificar sus merecimientos ante la sociedad. Ni siquiera los enchufados reconocen el enchufe. Las personas sólo hablan de sus méritos. Nunca de otros factores. Por importantes que sean éstos. Es ley de vida. Pero una mala ley. Los viejos españoles de hace un siglo no eran respetables porque no tenían dinero. Los viejos españoles actuales son respetables porque tienen dinero. Los jóvenes actuales cuando lleguen a viejos de nuevo no serán respetables. Y los individuos de todas estas generaciones son iguales. Sólo que la del medio tenía derechos y las otras dos no. La primera porque no los conocían. La última porque los perdieron.
La cultura del esfuerzo. Los prejuicios a favor de quien tiene éxito. Los prejuicios en contra de quien no lo tiene. Fui muchos años opositor. Entretanto estuve al paro. Encerrado en casa. Estudiando mucho. Esos años mi persona no valía nada. Mis alumnos tienen un futuro negro. Yo pude sacar la plaza de profesor. Aún existían buenos trabajos en la sociedad. Aún había manera de reconocer el esfuerzo del estudiante. Ahora el premio al esfuerzo se ha sustituido por la cultura del esfuerzo. Los buenos estudiantes condenados a la marginalidad. Condenados a exigírseles un poco más. Los malos estudiantes, si tienen padrinos, dictando lecciones de éxito. Porque el éxito se valora a posteriori. Como debe ser.
Oyendo hablar a los viejos criticando el no hacer nada de los jóvenes pienso que todos ellos debieron ser grandes estudiantes. Oyendo las críticas sobre la LOGSE pienso que antes todo el mundo sabía de todo y se esforzaba al máximo. Que todos eran lumbreras. Que nunca hubo mediocridad en España. Que si los mayores viven bien es porque son todos seres sobresalientes. Y no es así. No son tan perfectos. Ni los jóvenes son tan imperfectos. Pero a éstos se les exige perfección. Los jóvenes tienen un problema. Un gran problema. La sociedad está en su contra. Y está en su contra creyendo que obra con justicia. Creyendo como los malos padres que los castigos son por el bien de los hijos.
La cultura del esfuerzo. Otra de las muchas contradicciones sociales. Los padres quitan responsabilidades a sus hijos. Se lo dan todo en bandeja. Compiten con otros padres por ser los mejores padres. Compiten porque sus hijos tengan lo que quieran. Que no les falte de nada. Viven para que sus niños no se sientan menos que otros niños. Luego los niños se hacen jóvenes. Tienen que adquirir responsabilidades. Y entonces los mayores les censuran. Les censuran por no querer marchar de casa. Por no querer aceptar malos trabajos. Por querer seguir teniendo tiempo libre. Les censuran por no querer renunciar a su bienestar.
Soy un padre. Soy una madre. Sobreprotejo a mis hijos. Les hago pensar que la vida es fácil. Dejo que abusen de mí. Que sean mis tiranos. Les concedo todos sus caprichos. Les hago sus tareas escolares. Les refuerzo su subjetividad. Luego les exijo capacidad de sacrificio. Quiero que sean luchadores. Que sepan sufrir. Que sepan lidiar con las dificultades de la vida. Contradictorio. Confundo a los jóvenes. Ellos son los malos. Porque lo tienen todo, porque no saben luchar por nada. Yo soy el bueno perfecto.
De nuevo los miembros de las clases medias perjudicándose entre sí. En este caso entre generaciones. La generación mayor sin apoyar a la generación joven. Dejándola sola ante el peligro. Ante el peligro de involución social. La generación mayor alabando unos valores que sólo pueden beneficiar a los más fuertes de la sociedad. A los que pueden llegar al éxito por herencia. Y vender que lo hacen por su esfuerzo. Porque es muy fácil justificar un estatus. Es muy fácil crear un historial de merecimientos. Es muy fácil crear un currículo adecuado. Sólo hay que tener el dinero para comprarse los títulos. Nuestra sociedad hispana desconfía del pobre, no del rico. Al pobre se le exige mucho. Al rico se le exige mucho menos. Los ricos comparten la cultura del esfuerzo. Les viene bien. Ellos son los mejores.
Igualdad de oportunidades. ¡Qué patraña! Unos más medios, otros menos. Unos buenos contactos, otros malos. Unos mayor premio a su esfuerzo, otros menor o inexistente. Los primeros recompensados por la sociedad, los segundos puestos bajo sospecha. Los segundos son mis alumnos. Tengo miedo por su futuro. No son hijos de ricos. No pueden comprar sus títulos. Necesitan que se valore su esfuerzo. Necesitan que su esfuerzo les sirva para vivir bien. No necesitan una cultura del esfuerzo que minusvalora al individuo. No necesitan de unos valores morales que les perjudican al reclamar sus derechos.
Los nuevos valores. Las nuevas posibilidades de apretar a los que están por debajo. Los pobres vuelven a ser pobres por sus defectos morales. Y hay que vigilarlos para que no se aprovechen de la sociedad. Para que no vivan del trabajo ajeno. Se necesita mayor severidad. Lo sabe el nuevo gobierno hispano. Persigue la picaresca. No persigue la explotación. La mujer de mi primo trabaja sesenta horas a la semana. Es madre. Tiene hijos. No puede estar con ellos. Su empresa no recibe ninguna inspección laboral. Ella no va a denunciar. Se queda sin trabajo. Se queda sin poder mantener a sus hijos. Valiente vida. La que nos extraña que rechacen nuestros jóvenes. Pero éstos son unos vagos.
Tradicionalmente las clases altas siempre han despreciado al resto de las clases sociales. No les ha bastado con vivir mejor sino que han pretendido la superioridad moral. Y habitualmente la han conseguido. La nobleza mantuvo durante siglos un aura especial entre los plebeyos. Ahora entre la clase media se repite el fenómeno. Los que aún viven bien pretenden una superioridad integral sobre el resto. No les basta la desgracia ajena sino que pretenden que sea merecida. Es una actitud triste. Es una actitud insolidaria. Que va condenar a nuestros jóvenes. A los que no se esfuerzan. Pero también a los que se esfuerzan.
Soy profesor. Soy funcionario. He pasado la mayor parte de mi vida estudiando. Hasta más allá de los treinta años. Y no por ser un mal estudiante. Conseguir un buen empleo no es fácil. Hay que trabajarlo. Ahora los funcionarios somos vilipendiados por la sociedad. No merecemos nuestro bienestar. Debemos esforzarnos más. Somos unos vagos, somos unos pícaros. Las nuevas leyes expresan este sentir social. Menos sueldo y más horas de trabajo. La sociedad contenta. No se permiten aprovechados en su seno.
La cultura del esfuerzo. El reino de los hijos de...El reino de los mangantes. El reino de los Fabra. Normal que los políticos persigan a los funcionarios. Normal que los ciudadanos apoyen a los políticos. Normal que los políticos destruyan los buenos trabajos. Normal que los ciudadanos no defiendan la existencia de buenos trabajos para sus hijos. Será que éstos no se esfuerzan. Estamos en España. Vota PP-PSOE.
El capítulo trigésimo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS INTERINOS
Ya he dicho que soy profesor. En la enseñanza pública. Soy funcionario de carrera. En mi trabajo coincido con muchos compañeros que no tienen la plaza de funcionario en propiedad. Los llamados interinos para entendernos. Los interinos son trabajadores que renuevan su contrato año tras año. O eso pasaba hasta ahora. Ahora son los trabajadores de la administración que están directamente amenazados por los últimos recortes gubernativos. O sea, los trabajadores de la administración que según el gobierno no van a ver renovado su contrato. O sea, los trabajadores de la administración que van a ser despedidos el próximo año.
La cuesta abajo de los interinos empezó hace dos años. Zapatero se puso firme. Con los de abajo claro. El gobierno adopta las primeras medidas duras contra los funcionarios. Rebajas salariales muy importantes. En mi cuerpo, el de profesores, del 7%. Todos mis compañeros indignados con la medida. La crisis no la debemos pagar nosotros. No la generamos. La culpa es de otros. Sí, discursos bonitos. Mucha cháchara. Voluntad de resistencia nula.
Los sindicatos hacen un intento. Sin mucha convicción. Conocen el cuerpo de funcionarios. No son mineros precisamente. Los funcionarios convocados a la huelga. Días previos a la huelga. Nadie desvela sus intenciones. Yo empiezo a sospechar. La huelga será un fracaso. No puedo entenderlo.  Veo los peligros futuros. Llega el día de la huelga. Poco seguimiento. Entre los interinos casi nulo. Les aviso. La tarta siempre se rompe por el lado más débil.
Siguientes recortes. Siguientes huelgas. Misma respuesta de los interinos. Nula respuesta de los interinos. Los trabajadores poniéndose la soga al cuello. Sin comprender el peligro. Pensando que las medidas que afectan a todos a mí no me afectan. Pensando que un milagro me va a salvar. Dejando pasar el tiempo a ver si ocurre el milagro. El tiempo ha pasado. El milagro no ha llegado. Las oportunidades se han terminado.
Los interinos. Gente joven por lo general. Con los vicios sociales de la gente joven. Desmovilización absoluta. Individualismo acentuado. Desconfianza hacia los sindicatos. Bien. Pero no se puede luchar por los derechos por libre. Hay que hacerlo en grupo. Los sindicatos fallan, sí. Pero las personas fallan más. No se puede exigir a un sindicato que defienda tus derechos sin tener tu apoyo.  No se puede no hacer la huelga y querer que triunfe la huelga. No se puede querer conservar íntegra la nómina y querer el éxito de las reivindicaciones. No se puede querer ganar siempre. Los jóvenes lo pretenden. Los interinos lo pretenden.
Las huelgas. Exponentes del individualismo moderno. Cientos de excusas para no hacerlas. Son métodos anticuados de lucha. Un día no vale para nada. No me lo puedo permitir. No confío en los sindicatos. Nadie la va a hacer. Y así excusas y excusas. Todo por no comprometerse realmente. Todo por no perder un día de salario. La gente inventa otras pantomimas de protesta. En mi profesión, las camisetas verdes. Las camisetas verdes reivindicando la enseñanza pública. Todo el mundo se las pone. Todo el mundo que no hace las huelgas. Muchos de los que van a ser despedidos.
Las huelgas. Se lo digo a mis compañeros. Yo hago la huelga aunque la haga yo solo. Y la he hecho solo. Siendo el tonto de la clase. Siendo el hazmerreír. Pero no importa. Una huelga en solitario es absurda. La fuerza está en el grupo. Pero no importa. El grupo lo forman personas. Personas que se tienen que concienciar de defender sus derechos. Personas que se tienen que concienciar de su insignificancia individual. Personas como los interinos que van a ser despedidas. Que van a ser despedidas sin haber luchado por sus derechos.
Hablo con mis compañeros. Hablo con A. I., una interina. Hablo antes de la última convocatoria de huelga. Me explica. No puede hacer la huelga porque tiene que pagar la hipoteca. Vale. Ella tiene sus gastos. Yo tengo los míos. No insisto. Ahora han salido las vacantes para el año próximo. Esta chica no va a trabajar. Se han reducido las plazas para interinos de una forma drástica. El gobierno ha metido la tijera a fondo. Esta chica tiene que seguir pagando la hipoteca. Pero asumirá su problema en solitario. Nadie la ayudará. Ya no tiene compañeros que la puedan ayudar. Ya no tiene la fuerza de ningún grupo que la respalde. Ha perdido su capacidad de presión social. Es una parada. Ha dejado de ser persona. Ha pasado a ser estadística. Ella hará sus cuentas, el gobierno ha hecho las suyas.
Hablo con mis compañeros. Hablo con B., otra interina. Sobre el conflicto minero. Los dos trabajamos en una zona minera. Los dos tenemos que ir en coche a trabajar. B. no entiende los cortes de carretera. Se indigna con los retrasos que le ocasionan. Considera a los mineros personas que no tienen respeto por las demás. B. considera a los mineros personas que no tienen sentido social. B. está a punto de perder su puesto de trabajo. Los mineros también. B. no se siente identificada con los mineros. Ellos están defendiendo sus empleos. B. no defiende el suyo. B. considera a los mineros antisociales. B. no considera al gobierno antisocial. Los abusos de los de arriba se comprenden. Los abusos de tus semejantes no se comprenden.
B., ejemplo claro de la mentalidad actual. B., ejemplo claro de la persona condenada a perder su trabajo. A pesar de sus estudios. A pesar de su formación. Todo su aprendizaje no le vale de nada sin derechos. Pero ella no se entera. Considera que ella se labrará un futuro porque ella vale mucho. Considera que tendrá una nueva oportunidad de mostrar su valía. Pero la crisis va para largo.  B. tendrá varios años para reflexionar sobre la importancia de un buen trabajo. Varios años para reflexionar sobre la importancia de no perderlo. Varios años para pudrirse en vida. Como muchos de mis amigos. Todos licenciados. Todos muy formados. Todos sin un duro. Todos refugiados en casa de sus padres. Todos esperando su oportunidad. Todos parados de larga duración.
B., ejemplo claro de la mentalidad actual. Cuando estás bien no lo valoras. Crees que tu bienestar es natural. Que te lo mereces. Que tienes más méritos que otros. Punto de vista individual. Punto de vista cerrado. Vivimos en una sociedad que no enseña a la gente a pensar. Formarse y competir está bien, es parte de la lucha por la vida. Pero unirse y defender los derechos también está bien, es otra parte de la lucha por la vida. La gente no piensa en esta faceta colectiva, sólo en la faceta individual. La gente tiene que volver a pensar en bloque. B. va a tener largos años para reflexionar sobre sí misma y los mineros. Largos años para reflexionar sobre la importancia de conservar un buen trabajo.
Nuevo ejemplo de mentalidad actual. Nuevo ejemplo relacionado con los interinos. Su protagonista no es un interino. Su protagonista es R., el jefe de una interina. R. tiene plaza fija. No puede ser despedido. Al menos, hasta que cambie la ley. R. ha sido muy amable todo el año con su compañera. R. ha estado dispuesto a ayudarla en lo que deseara. Ella era nueva en el centro escolar y R. ha sido muy atento. R. es muy tacaño. No ha hecho las huelgas. No ha apoyado a su compañera. Ella ahora va a ser despedida. Ella se va a quedar sin trabajo. Yo no he sido tan servicial con ella. Yo he hecho las huelgas. Yo he intentado que no fuera despedida. He perdido bastante dinero. ¿Quién la ayudado más? ¿Qué entiende esta sociedad por ayudar?
La mentalidad actual. El fracaso de las huelgas entre los funcionarios. La falta de conciencia de los interinos de que su suerte está echada. El egoísmo de los empleados fijos. Ninguno con razones de peso para no hacer las huelgas. Ni siquiera el miedo a las represalias por parte de los trabajadores de la empresa privada. Aunque también éstos tendrán que acabar haciendo las huelgas. El despido libre flota en el ambiente. Ni el buen desempeño garantiza ya el trabajo. Ni la obediencia garantiza ya el trabajo. Nada garantiza ya el trabajo. Estamos ante un futuro de trabajos sin garantías. Los que aún son dignos se dejan perder. Los interinos han dejado perder algunos de los últimos buenos trabajos. Que ya no volverán.
Los trabajos del futuro. La vuelta a depender de la índole del jefe. Los trabajadores dependiendo de si el empresario es bueno o malo. La vuelta a depender la seguridad del trabajador de los caprichos de un jefe. De que si le caes bien o si le caes mal. De que si te quiere proteger o te quiere hacer la vida imposible. No dependiendo el bienestar del trabajador de su responsabilidad en el trabajo, sino de que si el jefe encuentra un ahorro en contratar a un sustituto más barato. Que a su vez estará a expensas de un nuevo ahorro.
Los interinos tenían un buen trabajo. Ahora volverán al mercado de trabajo. Volverán para descubrir el paro o volverán para descubrir que las personas son fácilmente sustituibles por otras personas. Que el valor del individuo es nulo cuando es tan fácil prescindir de él. Estas cosas ya pasaban. Pero les pasaban a otros. La vanidad no les dejaba pensar. Eran profesores. Habían estudiado mucho para serlo. Habían conseguido una dignidad. Habían conseguido un estatus. Creían merecerlo. Creían que las demás personas valoraban sus méritos. Creían que la sociedad valoraba sus méritos. Y la sociedad no valora nada. Las sociedades las forman personas. Y estas personas son ahora individualistas. Solo valoran los propios méritos. Nunca los ajenos.
Los interinos. Aprenderán a entender su insignificancia. Aprenderán a entender la insignificancia humana. Que los ricos tienen su dinero para vivir bien. Que los pobres necesitan de derechos para vivir bien. Que la clase media si no cuenta con buenos trabajos está condenada a la pobreza. Que los buenos trabajos hay que defenderlos. Que los derechos hay que salvaguardarlos. Aprenderán que los méritos individuales no valen nada si la sociedad está injustamente conformada. Aprenderán estas verdades o aprenderán otras verdades más dolorosas. Espero que no les vaya mal en el futuro. Espero que no me vaya mal a mí mismo. Aún conservo un buen trabajo. Soy el siguiente objetivo. Los interinos ya han sido sacrificados. Se avecinan nuevas reformas legales. Los políticos siguen pensando en nuevas soluciones a la crisis. Los políticos siguen al servicio de la sociedad. Vota PP-PSOE.